El gato de Cheshire
Alicia exploró la vivienda de un rápido vistazo y decidió entrar en otro mundo maravilloso a través de un enchufe. Recorrió el circuito eléctrico y llegó hasta el mismísimo Netflix. Después de ver desde dentro varias películas románticas, recomendadas por el algoritmo y en las que tuvo algún que otro papel secundario, volvió por el circuito de la televisión hasta salir por la antena. Decidió después investigar en la nevera y, necesitada de descanso, se dio cuenta de que recostarse en la zona del queso le había quitado de un plumazo su aroma natural a frescor de campo. Cambió de ubicación y en la zona de los hielos sintió excesivo frío, así que esperó a que se abriera la puerta y se agarró fuertemente a la botella de leche que una mano pequeñita, pero muy grande a sus ojos, sacó del refrigerador. Seguía empeñada en ser pequeña y que su aventura le condujera a sitios más extraordinarios, así que se dejó caer por la botella, a modo de tobogán, y tomó la mala decisión de ent...