A su debido tiempo
A su debido tiempo Cuando la vida era lenta te gustaba flirtear con las palabras; dedicar el tiempo a mirarte al espejo; andar despacio sin darte cuenta; hacer nada mucho tiempo sin prisa. Eran lentos los pasos y lentas las miradas. Y lento era el paso del tiempo... Un día daba de sí y en una semana cabían mil vidas, mil sentimientos - todos ellos recordados - sin luchar contra la memoria... Los días tenían de verdad 24 horas y cada minuto su 60 segundos, todos ellos íntegros, verdaderos, vividos, inmensos. Un verano era casi una eternidad: con sus altibajos, sus momentos de euforia, sus reveses. Con rostro quemado y olor a after sun. En un mes un amigo era tu mejor amigo; un profesor, el mejor profesor de la historia; cualquier libro, el mejor libro leído. La canción de tu vida sonaba en la radio una vez y ya lo era. Cada aprendizaje era un descubrimiento, aunque a veces creías saberlo todo... desconociéndolo todo. En una no...