Esto era la vida, no lo pensaste…
Esto era la
vida, no lo pensaste…
¿Calabaza para el niño?
Hay manzanas golden, granny smith, pink
lady y reineta. Y también peras de agua. Y al entrar se nota un ambiente
cálido.
La mayoría de los que hoy están
uniformados de verde llegaron desde alguna cordillera lejana, desde alguna
cultura con origen ancestral. Lucharon sus padres o lucharon ellos para lograr
hacer una senda por donde andar.
¿Espárragos para hacer a la plancha? Un
poco de aceite y sal gorda
Por alguna razón que desconozco, la gente
se arremolina en el local.
Los aguacates tienen un hermoso tamaño y
hay plátanos o bananas, a elegir.
Empieza a ser tarde. Tras el gesto de los
clientes se percibe cansancio de un día anodino… o no. Cansancio del día o de
la vida.
¿Champiñones? ¿Unas ramitas de eneldo? ¡Está
bueno con el salmón!
Una señora lleva en sus manos una
coliflor. Apenas nadie parece darse cuenta del espectáculo que es esa verdura.
Tan perfectamente esponjosa a la vista, con ese entramado aleatorio que compone
naturalmente pequeños arbolitos con los que intentar seducir a los niños...
Hay calabacines
de varios precios y patatas cachelos a un precio razonable.
Entiendo el
número de empleados y el número de personas haciendo cola en caja.
¡Coja una bolsa, señora!
No me puedo
entretener pero apetece quedarse. Allí se respira desde el diafragma.
Alguien adornó
nuestra vida con los colores, texturas y sabores de las frutas y las verduras.
Y siempre aparece
alguien en nuestras vidas para adornarlas con un optimismo que es aparentemente
pequeño, pero que brota a veces en forma de pequeños arbolitos… como la
coliflor.
Las fresas
se las peso yo; me dijo un kilo, ¿cierto?
Miro
el color de esa fruta y pienso que ni el pantone más exacto se acerca
medianamente a esa maravilla. Por un momento me ha dado por pensar en que el
día nos brinda regalos permanentemente. ¿Por qué entonces están todos tan
serios?
Catorce con treinta y tu
tarjeta.
¡Gracias
Rocío! Esto era la vida, no lo pensaste…
Comentarios
Publicar un comentario