Cuatro puntadas
Cuatro puntadas
Una para atrás y dos
para adelante. Así, paso a paso. Una para atrás y dos para adelante.
La misma distancia,
el sonido sistemático de la máquina de coser, el hilo girando incesantemente y
el final de la historia.
Festoneando,
hilvanando, sobrehilando. Decorando mi vida con pequeñas puntadas que, a su
vez, remiendan cositas.
Descoser los errores
anteriores; rematar las labores y cortar la tela por lo sano.
La búsqueda de la
combinación de colores perfecta para el patchwork más complejo nunca realizado:
rústico, campestre, vintage, romántico, demodé… Fiel reflejo de lo que uno es.
Me falta hilo; he de
comprar más.
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